Fabián Torti, que integra el Grupo Técnico de Asistencia Psicológica OVNI (GRU.TAP), un equipo de apoyo para la investigación ovnilógica que aporta su enfoque psicológico y sociológico de los hechos denunciados, señaló a MAS ALLA DEL MISTERIO que la sucesión de manifestaciones registradas en una amplia zona de la Zona Oeste del Gran Buenos Aires constituyen un indicio “que algo está pasando”.
Torti sostuvo que no está en condiciones de precisar puntualmente “ese algo” pero apuntó que evidentemente “son muchas las situaciones extrañas que se registran y no sólo en el denominado corredor del Oeste, en especial en Castelar, Ituzaingó y Moreno, sino que hasta me animaría a decir en distintos puntos de la provincia de Buenos Aires”.
A su modo de ver, la todavía poco explicada explosión registrada el 26 de setiembre pasado en Monte Grande y que fue atribuida al estallido de un horno pizzero, “en realidad fue la bisagra”, dijo Torti, de una proliferación de manifestaciones que tienen testigos concretos, de carne y hueso, que en muchos casos todavía no han superado la fuerte impresión vivida.
Relatos increíbles
Sin embargo, los estudios sobre los dichos de testigos y protagonistas directos de este tipo de manifestaciones le ha permitido contactar a una joven madre residente en la zona que prefirió mantener su identidad en reserva que a firma haber sido abducida. “Al hablar con ella uno se da cuenta que hay detalles que aporta que no pueden ser inventados” destacó Torti, como por ejemplo cuando re firió a que quienes la llevaron era inteligencias “que no se paraban sobre el piso sino que estaban suspendidos unos por encima de la superficie y que en el lugar en el cual estuvo, había un ser humano con cable conectados entre su cabeza y un monitor, que proyectaba sus pensamientos”. “Hay cosas que no se pueden inventar porque habitualmente el registro común siempre guarda una relación con hechos conocidos". Cuando hay un aporte diferente, no habitual, -subrayó Corti- es cuando el cuadro cobra otra característica.
Pero si lo que narró esa vecina de la zona Oeste respecto a su abducción que, se sabe, nos la única persona que hace mención a una experiencia de ese tipo, es llamativo, no le va en zaga lo apuntada por su pequeña hija de unos cinco años que contó con inocencia infantil que a ella “la van a buscar nenes chiquitos de ojos grandes y que la llevan a jugar con Jesús”, según la descripción la propia chiquita realiza.
Más allá de estos misteriosos episodios aportados por la joven mamá y su hijita, los integrantes de GRU. TAP no imaginaron jamás que cuando empezaron a analizar avistamientos desde el perfil de la psicología de los testigos, iban a terminar siendo también “sujetos” de su propia investigación.
“Una compañera nuestra fotografió extraños objetos en el cielo y en mi caso particular, suelo ver los sábados bien temprano cuando salgo de mi casa un objeto redondo en el cielo”.
“Acá es cuestión de pararse un rato mirando al cielo y algo siempre se va a ver”, sentenció el investigador que aclaró “no sé si es un OVNI con marcianos adentro. Tampoco puedo decir a ciencia cierta que es lo que se ve, pero -concluyó- evidentemente algo pasa”.
La clave radica en la explosión de Monte Grande
Para los componentes de GRU. TAP, lo acontecido en torno a la misteriosa explosión registrada sobre dos casas en Monte Grande, el año pasado, y que oficialmente fue reportado como el estallido de garrafas de gas de una precaria pizzería, encierra la clave de la serie de enigmáticos sucesos que se registran tanto en el corredor del Oeste como en distintos puntos del territorio bonaerense.