El Secreto Templario

Nuevamente en Gorodchia Files for the Eternity te mostramos uno de los casos más estudiados tanto en la historia de Europa como del resto de la humanidad.


Uno de los capítulos más oscuros de la historia de Europa es la aniquilación de la Orden del Temple. Corría el año 1314 cuando después de siete años de mazmorra y tortura el último gran maestre, Jacques de Molay, fue inmolado en medio de un griterío fanático sobre una hoguera cerca de la catedral de Notre-Dame (París). Estaba acusado de blasfemia y sodomía y había sido condenado a muerte. Si no hubiera revocado la confesión forzada por la tortura, se habría salvado. Mirando de frente a la muerte maldijo al papa y al rey de Francia, que habían procedido despiadadamente contra la orden. Pocos meses después se cumplió la maldición, ya que por sorpresa murieron sus dos enemigos. Pero ¿qué había sucedido para que los caballeros templarios, antaño admirados por el emperador, el papa y toda la cristiandad, fueran perseguidos hasta tal extremo y totalmente aniquilados?


COMBATIENTES POR DIOS
Los templarios estuvieron rodeados de un secreto místico desde que se fundó la orden. Fue en la época de las cruzadas cuando en 1119 Hugo de Payens, de la Champaña francesa, partió junto con otros caballeros hacia Jerusalén para ocuparse allí, organizados militarmente, de la protección de los peregrinos en su camino hacia Tierra Santa. Balduino II, rey de Jerusalén, favorece a esta pequeña hermandad y le cede una parte del palacio real construido sobre el mismo suelo en que antes había estado el templo de Salomón. De ahí el nombre de "templarios".

La orden conoce un ascenso vertiginoso: gracias a las donaciones procedentes de todos los países se enriquece, y además obtiene numerosos privilegios, como por ejemplo la exención de aranceles y de todo tipo de impuestos. Pero los cimientos de la orden se asentarán en Francia, donde Bernard de Clairvaux, fundador de la orden cisterciense, se convierte en el patrocinador de la nueva orden, cuyos caballeros juran vivir de conformidad con los estatutos de la misma: castidad, obediencia, pobreza y lucha contra los infieles.


ASCENSO Y CAÍDA DE LOS TEMPLARIOS
En 1139, el papa Inocencio II emitió una bula en la que dispuso que los templarios no estaban sometidos a ningún poder terrenal o eclesiástico que no fuera el papado. Así comenzó la época dorada de la orden, durante la cual se unieron a la hermandad muchos jóvenes nobles que le cedieron sus bienes para cumplir el deber de pobreza. De este modo, la orden templaria obtuvo numerosas propiedades, incluso comarcas enteras. Así adquirió poder e influencia, y ningún gobernante terrenal podía ponerles coto. Tras la conquista de Jerusalén (1187) y Acre (1291) por tropas musulmanas, los templarios tuvieron que abandonar Tierra Santa en 1303. Carente de misión, la orden perdió toda razón de existir y tuvo que buscarse un nuevo ámbito de actividad.
En el sur de Francia, prácticamente la totalidad de la región de Languedoc estaba bajo su influencia. Esto fue posible gracias a sus buenas relaciones con los cátaros, un movimiento religioso que pronto sería perseguido a muerte por hereje.
Con ello, los templarios no solo se ganaron el desdén y la desconfianza del poder eclesiástico, sino también del terrenal. Y sobre todo su inmensa riqueza despertó la codicia del rey Felipe IV de Francia. En alianza con el débil papa Clemente V se asesta un duro golpe contra la orden: el 13 de octubre de 1307 son arrestados todos los templarios, que más tarde comparecerán en juicio. Les acusan de profesar doctrinas herejes secretas y de prácticas inmorales. Algunos de ellos son torturados hasta que confiesan sus presuntas fechorías. Ironías de la historia, precisamente este hecho fue el que alimentó el mito de la inmortalidad de los templarios en numerosas leyendas.

¿VERDAD FANTÁSTICA?
En bastantes países europeos existían castillos templarios. En Portugal poseían la imponente fortaleza de Tomar, donde hasta hoy circulan rumores sobre una red subterránea de pasadizos secretos. Los esotéricos sospechan que en ellos se guarda un "cristal de la sabiduría eterna" o un quinto evangelio, supuestamente escrito por el propio Jesucristo. Los templarios se autodenominaban "caballeros del templo salomónico", porque en el lugar en que se hallaban los cimientos del templo en Jerusalén tuvo la orden su primera sede.

En su fortaleza de Tomar reconstruyeron a escala esa iglesia sepulcral, con lo que el complejo adquiere un carácter todavía más enigmático. Hasta hoy las autoridades no han permitido ninguna excavación, de modo que el castillo templario seguirá estando rodeado de leyendas.

EL MITO
Los templarios están cargados de secretos. Fueron acusados de celebrar misas negras en las que adoraban a ídolos de tres cabezas, de practicar las peores aberraciones sexuales y de sacrificar niños. Incluso los culparon de brujería y de haber obligado a mujeres a abortar. Además les achacaron que idolatraban a un tal Bafomet y que pisoteaban la cruz. Sin duda no todos los monjes militares eran unos santos, pero las mismas faltas fueron atribuidas también a otras órdenes para denunciarlas y quebrar su poderío. Sin embargo, en los allanamientos la Inquisición no encontró ninguna prueba material que confirmara y acreditara la acusación. A pesar de todo se mantiene el aura misteriosa que rodeaba a los caballeros. En efecto, para toda persona ajena los templarios debieron de parecer realmente enigmáticos, pues habían hecho voto de silencio. Al parecer, sus ceremonias de ingreso eran semejantes a un rito iniciático. De ahí surgió posteriormente el rumor de que desdeñaban la cruz y de que el beso fraterno de acogida por parte del abad revelaba una actitud homosexual proscrita.

El gran número de acusaciones selló el destino de los caballeros templarios: la orden fue disuelta oficialmente en 1312. Con la inmolación del gran maestre Jacques de Molay y del gran preceptor de Normandía, Geoffroi de Charnay, en 1314, parecía que la orden había sido barrida del escenario de la historia. Pero no dejó de existir, sino que se mantiene viva, entre otros sitios en nuestra imaginación.

LEYENDAS TEMPLARIAS: EL TESORO

El desaparecido tesoro de la orden ha ejercido una fuerza de atracción indomable. La noche antes del gran golpe de gracia de octubre de 1307, los caballeros recibieron un aviso, y entonces un gran convoy de carros abandonó su sede central en París con destino desconocido. Desde entonces no hay más que rumores sobre el legendario tesoro, cuyo supuesto paradero se ha situado en el castillo de Gisor, cerca de París, en el sur de Francia, en España, Portugal y Escocia. Algunos templarios lograron escapar realmente al extranjero. Se llevaron consigo la solución del misterio de su orden, y quizá algún día aparezcan indicios que muestren el camino de sus santuarios.

CÍRCULOS SECRETOS

En el antiguo cuartel general de los templarios en Escocia, William St. Clair puso en 1446 la primera piedra de una iglesia enigmática. Rosslyn Chapel está llena de signos misteriosos. William era de una familia noble que tuvo numerosos lazos con los templarios. Se dice que los St. Clair fundaron una logia masónica, una hermandad secreta, a la que transmitieron los conocimientos secretos de la Orden del Temple. Además hay indicios de que algunos templarios se refugiaron en 1312 en la isla escocesa de Mull y fundaron una orden secreta. De hecho, en el simbolismo masónico aparecen muchos signos de los templarios. El símbolo central es el templo salomónico.


LA FLOTA TEMPLARIA
¿Cómo pudo desaparecer sin dejar rastro la inmensa flota de los templarios? Hoy en día sabemos que en Portugal la orden simplemente cambió de nombre, para llamarse Orden de Cristo. Incluso conservó el símbolo de la orden, la cruz roja sobre fondo blanco. Muchos descubridores navegaron posteriormente bajo este signo en busca de nuevas orillas, desde Enrique el Navegante hasta Cristóbal Colón. Este último disponía de antiguos mapas de la Orden de Cristo cuando se propuso viajar a la India y descubrió América.

Reproducción de caballero dibujado en la piedra de Westford.Por este motivo, los investigadores suponen que aquellos mapas, que para la época suponían grandes conocimientos y que geográficamente eran en gran medida correctos, constituían un legado de los templarios, que ya conocían América, y se refugiaron allí. Esta hipótesis no se puede descartar, ya que en el estado de Massachusetts se halló el retrato sobre piedra de un caballero con espada que data del siglo XIV (la piedra de Westford). Quizá no se haya encontrado nunca el tesoro de los templarios porque los caballeros de la orden lo transportaron al lugar más seguro del mundo, Norteamérica, del cual sus perseguidores ni siquiera sospechaban de su existencia.

Por hoy, esto ha sido todo en Gorodchia Files for the Eternity. Hasta la próxima.